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lunes, 27 de agosto de 2012

la cebolla, parte 4, terapéutica y forma de empleo


Otras indicaciones terapéuticas

Diversos autores (Binz, Lipp) conceden también a la cebolla un efecto calmante en las excitaciones nerviosas o psíquicas. Antiquísima es la aplicación de la cebolla para la eliminación de lombrices, se ha confirmado en nuestros tiempos, sobretodo en la medicina infantil, que es donde está llamada a emplearse con mayor frecuencia.
Se cita también frecuentemente la capacidad de la cebolla para la renovación de sangre, l que se explica por su efecto beneficioso en la digestión, puesto que, como se sabe, la anemia puede ser debida a prolongados trastornos en el funcionamiento normal de intestino. También se destaca el contenido en vitaminas y minerales como explicación de las cualidades de renovación de la sangre.
El alto contenido en flúor de la cebolla (según Mayerhofer Schneider y Wasicky, 0,5 mg por kg en pulpa fresca) hace suponer una influencia beneficiosa de la cebolla en el estado de funcionamiento excesivo de la glándula tiroides y ejerce seguramente, en el mismo sentido que el moderno tratamiento de flúor, una influencia conservadora del esmalte dental.
Teniendo en cuenta el efecto de excitación del circulación de la sangre que a perfectamente justificado su empleo externo en la cura de forúnculos, abscesos, inflamaciones del tejido subcutáneo, sabañones, magullamientos, inflamaciones de la glándulas linfáticas, infecciones y calvicie.

Empleo como condimento

Con la excepción de los alimentos dulces, supone la cebolla en todos los platos un condimento indispensable. A causa de su excepcional valor curativo es de recomendar su abundante consumo.

Forma de empleo:

1.       Jarabe de cebolla para la tos y otras enfermedades debidas a enfriamientos: se cortan en rodajas varias cebollas gruesas y se mezclan con azúcar morena. Se dejan en infusión durante 12 horas. El zumo así logrado se toma a cucharadas varias veces al día.
O bien: se cortan las cebollas en cuatro trozos y se calientan al vapor con azúcar cande. Se toma una cuchara grande cada 2 horas.
O bien: se ralla o machaca una cebolla grande con agua, se cuece su jugo obtenido a presión con 150g de azúcar candé hasta lograr un jarabe que se toará en dosis de una cucharada pequeña cada hora.
2.       En crudo para hidropésicos: se trituran 600g de cebollas hasta formar un puré: se bate éste haciéndolo pasar por un colador con 100g de miel hasta formar un líquido homogéneo. Se toman diariamente de 100 a 200g a cucharadas. Quien lo soporte , será preferible que consuma de 30 a 60g de cebollas frescas (según Kneipp), cociendo las cebollas con miel para tomarlas de esta forma
3.       Para uso externo en inflamaciones, hemorroides y calvicie, se trituran o prensan las cebollas en crudo y se baten con agua hasta formar un caldo que se aplicará en las regiones afectadas.
4.       Como ensalada, se preparan las cebollas ralladas con limón y aceite.

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