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lunes, 27 de agosto de 2012

La cebolla, parte 2, acciones sobre la fisiología del organismo



La cebolla aumenta la producción de jugo gástrico y, con ello, su capacidad de desinfección y desintegración de albúminas. Se incremente también la formación de jugos intestinales, exterminando parásitos del intestino causantes de putrefacciones, inflamaciones y focos purulentos; estimula el desarrollo de colibacilos normales.
Pero no sólo incita a una mayor actividad de las mucosas gastrointestinales, sino también el hígado, la vesícula y el páncreas, efectos que equivalen a los ejercidos sobre las mencionadas mucosas y que también fomentan el mejor funcionamiento digestivo.
Se forma en la mucosa el duodeno debidamente incitada, una hormona, denominada secretina, que, a través de la sangre, estimula la secreción por el páncreas de fermentos digestivos. La influencia decisiva de un funcionamiento normal del páncreas sobre el proceso digestivo se comprende por el hecho de que sólo dicha glándula está en condiciones de producir simultáneamente  fermentos para la desintegración de proteínas, hidrocarbonados y grasa. Precisamente los componentes estimulantes de la cebolla pueden fomentar en grado desusado la producción de secretina, garantizando así el buen funcionamiento del páncreas. Pero la cebolla no sólo hace posible la mayor formación de fermentos y hormonas (secretinas) sino que además contiene esas mismas sustancias, Precisamente figura entre las hortalizas con mayor contenido de fermentos. Por otra parte, se ha discutido en ella la presencia de una hormona vegetal (glucoquinina), que actúa en el metabolismo del azúcar como la insulina del páncreas y puede reducir el exceso de azúcar en la sangre.
Como la cebolla contiene también las vitaminas B y C en abundancia, constituye, especialmente durante l invierno, el mejor método contra las avitaminosis o, en combinación con el jugo de patatas prensadas y frescas contra el escorbuto propiamente dicho.

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