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lunes, 27 de agosto de 2012

El esparrago (parte 2) empleo y acción



Todas las materias plásticas. Muy cocidos y sin añadirles salsa de mantequilla, los espárragos pueden servir para el régimen de los obesos. Pero si los espárragos se preparan con adiciones ricas en calorías, mantequilla, huevos, nata o harina, formarán parte de la alimentación de anémicos, convaleciente o personas que precisen una sobrealimentación.
El escaso contenido de hidrocarbonados los hace apropiados para el régimen de los diabéticos, pues enriqueciendo los espárragos con mantequilla, nata o huevo, son un alimento de gran valor para dichos enfermos.
La celulosa, imposible de digerir, actúa como excitante del intestino y como materia de relleno. Acelera, por consiguiente el trabajo del intestino grueso, lo que beneficia a los obesos y a los enfermos del intestino.
La virtud curativa de los espárragos es conocida desde muy antiguo, especialmente sus efecto  sobre los riñones. A través del incremento de actividad celular de los riñones se llega a la mayor expulsión de agua, descrita ya por los antiguos médicos, y conseguida sin provocar irritación alguna.
Pero como no conseguimos aclarar el mecanismo del efecto de los espárragos sobre los riñones por la razón de los elementos componentes que hasta ajora conocemos, nos conformaremos con el hecho real de que los espárragos ejercen un efecto excitante en las funciones renales y que pueden ser consumidos incluso durante enfermedades inflamatorias del riñón.
Un efecto indirecto se consigue también con los espárragos como medicina de uso interno en los eczemas crónicos, ya que todos los remedios vegetales de uso interno para el tratamiento de eczemas actúan mediante el incremento de la actividad renal y una excitación de las funciones glandulares.

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